Mis adorados sobris, antes de comenzar a chismear.

Gracias por llenarme de buena vibra en redes sociales, y aquellos que me pudieron visitar, no saben lo feliz que me hicieron. Como siempre les digo, no bajemos la guardia, sigamos cuidándonos, porque así cuidamos de los demás.

Ahora sí, vámonos con el chismecito.

Pues les cuento que una prima me preguntó si en Casa Betty teníamos Espirulina, y le dije que sí. Inmediatamente después me respondió: “Que bueno, seguro ya te sabes todos sus propiedades”. 

Y eso me motivó a  investigar un poco más y así poder compartir con ustedes toda la información. Aclaro, yo sí me tomaba mi agüita con polvo de Espirulina y desde siempre me he sentido muy bien, más fuerte, pelatzo, uñatzas y toda la cosa, pero siempre es bueno saber más. 

La Espirulina es una alga medio verdosa muy famosa (ay, verso sin esfuerzo) que se destaca por su alto valor nutrimental. La puedes tomar en polvo o tabletas, la usan mucho los deportistas y los interesados en bajar esos kilitos de más. 

Dentro de las propiedades de la Espirulina destacan:

Proporciona 65% de proteínas al organismo.

Es de fácil digestión, incluso para personas con mala absorción intestinal. 

Los ácidos grasos esenciales ocupan una importante proporción de su composición.


Contiene una alta cantidad de potasio, magnesio, calcio, zinc, manganeso, selenio, hierro y fósforo.
 

Posee pigmentos en altas cantidades que podrían tener efectos antioxidantes y antiinflamatorios.
 

Como verán es una excelente opción para darle al cuerpo un poquito de lo que necesita, pero antes les quiero advertir un par de cosillas. 

La Espirulina es un alimento y no un medicamento. Su consumo es seguro en las dosis adecuadas y no se han descrito efectos adversos graves. No obstante, pueden presentarse erupción de la piel, sed, estreñimiento, entre otras cosillas.

Te recomiendo preguntarle a tu médico antes de comenzar a tomar regularmente la Espirulina. 

No olviden etiquetarme en sus fotos para darle mucho amor, likes y shares. 

Gracias por leerme. Yo, soy la Tía Betty y es un placer compartir con ustedes. ¡Hasta la próxima!