¿Alguien ha hecho negocio en Casa Betty?

Sobrinas y sobrinos de mi amor. 

Como se habrán dado cuenta este mes, me dediqué a escribirles acerca del emprendimiento, básicamente en el arte de hacer negocio aquí en Casa Betty. Como habrán leído en las dos notas anteriores (link a notas anteriores) me ganó la emoción y seguramente muchos de ustedes dijeron “ay sí, la Tía lo ve muy fácil”, pero ¿qué creen? No es que lo vea fácil o difícil, lo que pasa es que conozco varios casos de éxito de sobrinas y sobrinos que se han atrevido y sí les ha funcionado. 

Y es justo de lo que les hablaré en esta ocasión, de todos aquellos que lograron hacer negocio en Casa Betty, ojalá estas historias sean el impulso que necesitan para atreverse a emprender y recuerden que siempre podrán contar conmigo. 

Gracias por llenarme de buena vibra en redes sociales, y aquellos que me pudieron visitar, no saben lo feliz que me hicieron. Como siempre les digo, no bajemos la guardia, sigamos cuidándonos, porque así cuidamos de los demás.


Los dulces de Jackie.

Jackie es una joven maestra de preescolar que decidió emprender su propio negocio de dulces y botanas. Primero empezó con churritos de amaranto de distintos sabores (muy ricos la verdad) y después le fue metiendo más productos, entre ellos unos manguitos enchilados con chocolate. 

Pues para no hacerles el cuento largo, una amiga muy cercana le recomendó venir acá a Casa Betty a surtirse y ¿qué creen? Sí vino, vio todo lo que teníamos y amplió aún más su catálogo de productos. 

Ahora sus clientes tienen más productos para elegir y ella más oportunidades para usar su creatividad y talento. La última vez que vino me contó que ya estaba haciendo arcones para el novio, la novia, el amigo, el “es complicado”, etcétera. 

Las semillas de Dario. 

Dario es todo un caballero, melómano desde chiquito y un gran visionario en el mercado de las semillas. Dario llegó a Casa Betty luego de que su hija le recomendó comprar ahí las semillas que ocupaba para su licuado mañanero. Empezó comprando muy poquito de nuez, almendra, quinoa y a veces también cocoa. Una de las veces que vino compró un poquito más y no me quedé con la duda, sobris, ya ven que a mi no se me da el chismecito y le dije: “Dario, ahora porque llevas más, ¿estás haciéndote más licuado?” (yo nomás de chismosa porque me imaginaba), él sonrió y me respondió inmediatamente: “Ay Betty, lo que se ve no se juzga. Estoy haciendo negocio con mis vecinos, yo vengo una vez al mes contigo, me surto para mí y también para ellos, así me gano unos pesitos y sigo cuidando mi salud”.

No saben lo bonito que sentí al saber que alguien más estaba haciendo negocio, y pues obviamente le dí súper precio para que le saliera más ganancia. Ahora después de casi un año regresa cada mes y compra lo de siempre y algo nuevo, dice que ese nuevo es para ir abriendo mercado y vaya que le está funcionando. 

Estas son sólo algunas historias de éxito pero seguramente hay muchas más, si tienen alguna mándenme un inbox para publicarla en mis redes y todo mundo la conozca. No tengan miedo a emprender su propio negocio, como habrán leído sí es posible y yo siempre estaré ahí para echarles la mano. 

Espero verlos muy pronto por aquí en su casa, Casa Betty. 

Cuando vengan tómense muchas fotos y no olviden etiquetarme para darle mucho amor, likes y shares. 

Gracias por leerme. Yo, soy la Tía Betty y es un placer compartir mis consejos con ustedes. ¡Hasta la próxima!