Queridas y queridos.
Seguramente a lo largo de sus vidas han escuchado hablar de “La Central de Abastos”, un lugar lleno de magia al oriente de la CDMX. Más allá de su gente trabajadora y precios increíblemente bajos, existen historias que deben ser contadas.
Antes de comenzar, si han tenido la oportunidad de venir a la Central, habrán podido ver que diariamente transitan miles de personas en busca de hacer negocio o simplemente comprar o vender lo necesario para las familias mexicanas. Dentro de todas esas personas existen “los diableros”, míticos personajes que siempre estarán ahí para echar la mano con las cargas pesadas y no tan pesadas. Si ya los ubicaron, es momento de pasar a nuestra historia… ¿Están listos?
Cuenta la leyenda que entre las naves y bodegas de la Central de Abastos trabajaba un señor llamado Jaime. Todas las mañanas desde las 3 am, Don Jaime jalaba su diablito en toda la central ayudando a los bodegueros a descargar los trailers que iban llegando. Todas las mañanas durante más de 40 años, Don Jaime y su fiel compañero soportaron el peso de miles de distintas mercancías, hasta que un día su cuerpo no pudo más, cayó enfermo y murió.
Dicen que después de realizar el pesado trabajo, Don Jaime iba al nicho de la Virgen de Guadalupe que se encuentra entre los pasillos de la Central de Abastos. Aseguran que el día de su muerte, muchos lo vieron parado frente al altar, sosteniendo su diablito y mirando fijamente a la Virgen.
De hecho, aún se cuenta que el espíritu de Don Jaime pasea todas las madrugadas por las bodegas y pasillos de la Central de Abastos jalando su diablito y saludando a todos aquellos que trabajaron con él cuando aún vivía. FIN.
¿Qué les pareció? ¿Ya conocía esta historia? La verdad es que a mi me da un poco de miedo, pero si Don Jaime era diablero, estoy segura que era una gran persona.
Gracias por hacerme feliz con sus interacciones en mis redes sociales, me hacen los días.
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Gracias por leerme. Yo, soy la Tía Betty y es un placer compartir mis historias con ustedes. ¡Hasta la próxima!